miércoles, 17 de julio de 2013

Fin de la retórica de Zarevich

Magritte

He de jurar mil nombres en cada letra que escribí
como imágenes en los sueños que soñé

Fue marzo el último mes que me dio algo,
tal vez una inspiración.

Aquel hoy deja de existir,
él que admite su muerte, pero no su fin.

Lo escrito queda
es esa la eternidad del escritor.

domingo, 19 de mayo de 2013

Revelaciones



Siempre quise revelar las astucias de los astros y sus intensos colores. El por qué de tanta desgracia y la falta de esperanza que rige la suerte de muchos de los que rodean nuestra existencia. Luché contra mi fe y todos los dogmas, discutí con amplios mercaderes de la palabra sobre las razones esenciales de vivir. Refuto todas las teorías y sostengo que existen personas no tan serializadas, fuera de lo común, algo que me lleve a tener que abrir nuevos diccionarios porque los adjetivos que conozco ya no me serán útiles.

Así he transitado estos cortos años, basándome en justas utopías que me avalan para creer. Pero eran utopías, idealizaciones de mundos imposibles: un día me encontré con vos.

sábado, 18 de mayo de 2013

Mar y las paredes



El reflejo de la lluvia en el vidrio dibuja lágrimas en tu rostro. Las mismas que cayeron en el borde de la copas del vino que tomamos. Te abriste como si estuvieras hablando sola en tu habitación, contándome esos miedos, admitiendo tus inseguridades y como el tiempo carcomió algunos conceptos que te pertenecían. 
Te gusta arriesgar y enfrentar tus miedos, me pregunto si todos fuéramos como vos en qué lugar estaríamos, todo sería diferente. Te escucho, porque es como hablar con una parte mía que tenes y otra que desearía tener. Algunas filosofías sostienen algunas teorías, de que uno no debe estar con alguien el cual uno no desearía ser.  Sos amor, naciste para amar, vivís por y para el amor.
No imagino una existencia sin haberte conocido. Aunque nunca sepa cuál va a ser la última vez que te vea te llevaré conmigo para siempre.

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No hay realidad más tangible que tu nombre en mí

lunes, 8 de abril de 2013

Afternoon



La tarde acusa un sentimiento, de esos que arremeten como el viento árido. Me conseguí infinidad de libros para no recordarte y sin embargo creo que no podré lograr mi objetivo.

Mis problemas tienen nombres y lugares, fechas, tal vez un año, un instante, quien sabe cuál. Discuto estas aseveraciones del tiempo y ofrezco mi voluntad al universo, porque he de creer que nada es tan estructurado como se piensa.

Luego de dubitativas reflexiones he tomado una decisión y es cuando me doy cuenta de tu influencia en mi. Y en algunas tardes cuando solo me encuentro puedo valorar mis argumentaciones de por qué, en cierta forma, no quiero admitir que te extraño.

viernes, 29 de marzo de 2013

Tu marzo en mi


Claude Monet

En un momento miré hacia arriba, tenía un panorama único en que el atardecer amagaba sus últimas luces, unas nubes insignificantes vagaban con el viento, ese mismo viento que movía los álamos con su sonido que todo lo abarca. Sentir el día susurrándome su perfección al oído, como dándome a entender que hay que respirar profundo porque no sabemos si volveremos a vivir ese aire. Y vos de un lado, durmiendo sobre mi y es tu piel, tal vez el pelo o tu aroma, todo se me vuelve a repetir otra vez, porque si respiro te siento, si cierro los ojos te abrazo y así, en un ciclo de sensaciones que no puedo describir, que anhelo volver a sentir y que no sé como trasladar en letras ni en canciones.

Y varios días de este mes han sido tuyos, quien sabe si todos. Sé que abrimos un vino y dialogamos abiertamente sobre cualquier cosa, que la libertad nos ampara de que podemos decirnos todo, que conocernos es una ruta sin obstáculo alguno, un camino de ida sin vueltas innecesarias.

Dormirte en mis brazos, dormirme en vos. La reproducción de tu perfume en mi, entre las hojas y el sol. Cuando repaso tus pasajes, contenidos y argumentos siento que tu marzo se trazó en mi.

jueves, 28 de marzo de 2013

Descubrirse

Pollock


Podríamos recorrer el mundo caminando y sin dormir que el tiempo no sería un impedimento. La eternidad de tu esencia no admite discusiones. Como tampoco admite mi ansiedad la espera de verte otra vez, en cualquier lugar.

No hay un día en que no andes por ahí, dando vueltas en mi, trazando mis días de marzo como me dijiste una vez. Pienso en muchas cosas, trato de frenarlas a veces para no asustarme, para no dejar que todo salga de repente. A veces no poder manejar las variables nos vuelve locos y es ahí donde reside el secreto. ¿El secreto de qué?

Me descubro en las noches principalmente cuando de todos me alejo y si te hablo, creo que te hablo, porque siempre te hablé, antes de saberte por ahí. Esa sensación de infinidad se me vuelve extraña y me inquieta el placer que me genera, el bienestar que me da ir conociendo algo que ya creo conocer. Ir descubriendo algo que uno ya tiene en la memoria, en los recovecos del alma.

Ser los personajes de todos mis libros.

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Nos vimos caminar en una plaza de Kandinsky, te encontré ahí. Hablamos un buen rato. 

viernes, 22 de marzo de 2013

El gusto de la sal en tu boca

Picasso


De tus labios no solo rescato las palabras, también heroicos actos de grandeza cuando tus comisuras marcan una sonrisa un día de lluvia o muerden bien fuerte los mios para recordar la existencia.

Puedo jurar que no hay mayor redención que la de empujarte contra cualquier pared cuidando tu nuca con mi mano, presionándote contra mi cuerpo y hundiendo mi boca en la tuya sin mediar conversación alguna, preámbulos irrelevantes de aduladores y galanes de novela. Siento que no hay tiempo, que debe consumarse algo más que un simple acto, un deber humano que me lleva a mostrarme tal cual soy, buscando una liberación de ambos en segundos que no contaré con los dedos.

He escuchado a serios hombres hablar de sus aburrimientos, de sus noches de costumbre y siempre el mismo amor, solo cambian las sábanas y el lugar. Me surge una duda, porque me pienso distinto al escuchar tan altas blasfemias; o es acaso que no hay otro cielo que no sea aquel que te pertenece y al cual me invitaste.

Tomo tu cintura de la misma manera y nunca es igual, cambian los días, los instantes, gira el mundo. Nos amoldamos en cualquier lugar, no importa la ubicación, es el momento el que nos guía y jugamos a que tal vez sea nuestro último día, nuestro último deseo, fusionar algo más que la vida, un estado puro entre almas, una excepción universal.

Besos de agua y el gusto de la sal en tu boca